Como tierra arrasada, la pandemia del covid-19 afecta a miles de empresas y de empleos, todos ellos cesantes al riesgo de no continuar. Mientras tanto, los emprendedores, los que todos los días dan la batalla en sus pequeñas, medianas y grandes empresas, están reinventándose en la búsqueda de permanecer en un mundo diferente que se viene. Ya nada será igual.
Sobre los efectos del coronavirus en la economía se vienen conociendo cada vez más. Pero no basta con saber. También es preciso aprovechar esta coyuntura jamás presentada anteriormente como una oportunidad para iniciar una era de oportunidad nunca antes lograda en Paraguay. El Estado no está exento de la fiscalidad diferente a nivel global. El debilitamiento de la sostenibilidad fiscal puede ser el comienzo de una situación de la que nadie querría para un país, como el nuestro, que hizo mucho por la estabilidad mediante una macroeconomía envidiable a nivel internacional. Sin embargo, tantas veces se repite sobre aquello de que las crisis son oportunidades, pues precisamente éste es uno de esos momentos para mirar hacia adelante para acometer con la suficiente capacidad de liderazgo, decisión y acertadas ideas, una era de prosperidad para el país. Después de todo, el Paraguay tiene todo los activos estratégicos (clima, electricidad, tierra, gente joven) necesarios para lograrlo.
Además de que seremos una de las economías que menos caerá a nivel regional y hasta mundial con la pandemia del covid-19, es preciso terminar de una vez por todas con las malas ideas y prácticas, porque a lo que nos enfrentamos como país desde ahora repercutirá para siempre en las siguientes generaciones. No habrá una mejor oportunidad en la historia para hacer del Paraguay un país moderno, estable, seguro, justo y de inusitada prosperidad.
Sinergia del crecimiento
En el contexto expuesto se deberá tomar en cuenta con especial énfasis que la era de prosperidad señalada más arriba no significa solamente que el Producto Interno Bruto (PIB) tenga como piso el 6 o el 7% anual, sino también de la sinergia del crecimiento, la educación, la salud y la justicia se encuentren correspondidos en calidad y eficiencia. De manera que estamos hablando no solo de la economía vista como una secuencia de números, curvas y gráficos.
La economía es la acción humana para la cooperación social, para que los individuos y las empresas mediante la división del trabajo fructifiquen los factores de producción, con la expresa mención de un Estado con el respectivo gobierno, que garantice la vida, la libertad y la propiedad.
No obstante, y como no puede ser de otro modo, la reactivación que nos llevará a una era de prosperidad nunca antes lograda en el país, requerirá como imperativo el orden de las finanzas públicas.
Al respecto, es preciso dejar dicho que se podrán implementar todas las medidas de políticas públicas para reactivar la economía, pero ninguna tendrá el efecto deseado y en el propósito antes consignado, si no se toma al toro por las astas o lo que es lo mismo acabar con el mal gasto, el despilfarro del dinero de los contribuyentes y que llega al 4% del PIB, como muestra el gráfico adjunto. La consigna está en tener propósitos consistentes con el objetivo a llegar, razón por la que es necesario hacer más atractivo invertir en Paraguay. Para ello se debe hacer realidad el binomio seguridad-rentabilidad. Y de esto no se debe tener duda alguna si se desea atraer inversiones extranjeras y crear el suficiente ahorro interno en nuestro país. La relación causal entre el stock de capital y el nivel de ingresos y salarios en términos reales es una lección que aquí en Paraguay y en cualquier otro lugar del mundo se cumple, sí o sí; no hay medias tintas.
Once puntos para la reactivación
Por tanto y a modo de introducción, el programa de reactivación de once puntos es el siguiente:
1) Eliminar el aporte estatal (de los contribuyentes) a los partidos políticos.
2) Suspender los efectos de los tributos como el de la renta personal IRP y a las empresas IRE por el término de un año; mientras tanto se inicia el estudio de una reforma tributaria que contendrá uno o dos impuestos y no más en el país.
3) Flexibilizar el código laboral para recontratar y crear empleos.
4) Terminar con el monopolio de la Ande aprobando la desmonopolización.
5) Hacer uso de “vouchers” en educación para permitir a los padres de familia escoger la escuela o colegio donde quieran matricular a sus hijos, con los programas de estudios hechos por las familias conjuntamente con los profesores.
6) Moratoria por un año de la actual obligación del empleador y del trabajador con el Instituto de Previsión Social (IPS), para que luego sea el trabajador el que elija a su proveedor.
7) Volver a la regla fiscal del 1,5% del PIB en dos años, luego del déficit actual que terminará en más del 5% por la pandemia.
8) En menos de un año no habrán empresas estatales en Paraguay.
9) Contar con presupuesto base cero o de resultados en el 2021.
10) Aplicar la ley del servicio civil para la carrera administrativa.
11) Iniciar una activa digitalización entre la sociedad civil y el sector público en todos los órdenes.
(*) El Dr. Victor Pavón es Decano de Currículum de UniNorte en Paraguay. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.
El presente artículo fue publicado en ABC Color de Paraguay.
Leer más artículos del mismo autor:
- Paraguay: No sólo “rebote”; necesitamos crecimiento sostenido – por Víctor Pavón September 17, 2020
- Programa de reactivación para una era de prosperidad – por Víctor Pavón August 19, 2020