Luis Guillermo Vélez

Colombia: La reforma tributaria es ilegítima – por Luis Guillermo Vélez

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El gobierno carece de la mayoría política requerida para aprobar la reforma tributaria. Si la mayoría clientelista que tiene en el Congreso la aprueba, sería ilegítima y el pueblo podría recurrir legítimamente a la resistencia fiscal, pues se estaría violentando un principio fundamental de una verdadera democracia liberal: no hay impuesto sin representación.

Las elecciones legislativas se realizaron el 13 de marzo, y excepción hecha de los partidos y movimientos del Foro de São Paulo que se agruparon en la lista llamada Colombia Humana, ninguno de los demás partidos y movimientos que alcanzaron representación en el Congreso apoyó la propuesta política de Petro Urrego, y menos aún, su propuesta de reforma tributaria. Adicionalmente, en la primera vuelta presidencial, todos esos partidos se opusieron al proyecto político de Petro Urrego, que explícitamente contemplaba una reforma tributaria de dimensiones pantagruélicas.

Ninguno de los 67 senadores y 106 representantes elegidos por los partidos Conservador, Liberal, Centro Democrático, Cambio Radical, de la U y Mira recibió de sus electores el mandato para aprobar una reforma tributaria, pues ninguno de ellos se hizo elegir ofreciendo tal cosa. Así, solo hay dos posibilidades:

1. Ya en las elecciones del 13 de marzo esos congresistas apoyaban in pectore la reforma tributaria de Petro Urrego, pero se abstuvieron de hacerlo conocer en las propuestas presentadas a sus electores. En ese caso, habrían incurrido en el delito de fraude al elector, ya que mediante la maniobra engañosa de ocultar sus intenciones lograron que los ciudadanos votaran por ellos.

2. El 13 de marzo no apoyaban la reforma tributaria de Petro Urrego, pero decidieron apoyarla después de haber sido elegidos. En este caso, estaríamos en presencia de una modalidad de transfuguismo político consistente en adoptar propuestas políticas diferentes de aquellas por las que se ha sido elegido. Esto es tanto o más grave que cambiar de partido.

Seguramente, a los congresistas —que han convertido a los partidos en maquinarias clientelistas destinadas a garantizar su reelección perpetua— esto les resbalará; pero no debería ocurrir lo mismo con los empresarios, los asalariados, los trabajadores independientes y, en general, todas las personas que pagan impuestos y no viven de ellos, es decir, la inmensa mayoría de la población.

Lo que está en juego no es un asunto menor. No taxation without representation fue la divisa que inspiró la Revolución estadounidense y los revolucionarios franceses reclamaban un gouvernement à bon marché, un gobierno barato. No hay que olvidar que la Revolución francesa nació de los Estados Generales de 1789, donde la nobleza, el clero y el tercer estado rechazaron de manera bastante contundente la reforma tributaria propuesta por Necker, el ministro de Hacienda del infortunado Luis XVI.

Aunque seguramente no evolucionará en un sentido tan dramático, la resistencia fiscal ya está en marcha y se intensificará a medida que la gente entienda cada vez mejor que el de Petro Urrego es un gobierno costoso financiado con una tributación ilegítima.

* Dr. Luis Guillermo Vélez, es doctor de tercer ciclo en Ciencias Económicas de la Universidad de París X. Se desempeña como profesor en la Universidad EAFIT de Medellín, Colombia. Desarrolla actividades de consultoría para la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos, Andesco, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, Bancoldex, ASOCODIS, ACOLGEN y la Fundación Give to Colombia, entre otras organizaciones..

El presente artículo fue publicado en el periódico El Colombiano, de Colombia.

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