Siendo tan ostensibles los efectos negativos de la reforma tributaria en Colombia sobre el sector petrolero, se está tentado a pensar que más que un error de cálculo, el daño que se causará es completamente deliberado.
La escuela de Humanidades le ha hecho gran daño a EAFIT y a la sociedad colombiana. Los “rellenos” solo han servido para llenar la cabeza de generaciones de egresados de sentimientos anticapitalistas y antiliberales.
Mientras el alcalde Daniel Quintero Calle anda cazando los fantasmas del “uribismo” los delincuentes hacen fiesta y la criminalidad se desborda en Medellín.
La irrupción de la izquierda en América Latina parece haber sido tan impetuosa como decepcionante. Esto pareciera estar sucediendo en el eje Pacífico sudamericano, donde Chile, Perú y Colombia erigieron gobiernos socialistas radicales, cargados de proclamas y consignas en tesitura clásica marxista leninista.
El informe de la comisión encabezada por Francisco de Roux, está destinado a la construcción de un nuevo mito. Hay sesgos inaceptables como la equiparación de la fuerza pública con las bandas de narcotraficantes y la minimización de sus más terribles atrocidades.
En Colombia las fórmulas tarifarias de electricidad se definen para períodos de 5 años. Para distribución y transmisión, el ajuste se hace con la variación del Índice de Precios al Productor (IPP). Para comercialización se emplea el Índice de Precios al Consumidor (IPC). El gobierno enfocó su intervención en la indexación, pero las resoluciones expedidas socaban la viabilidad financiera de las empresas porque el cambio retroactivo del factor de indexación del IPP al IPC, les impide recuperar ingresos ya causados, pero diferidos en su cobro para mitigar el impacto al usuario.
En Colombia no existe el subsidio a la gasolina. Así, el aumento anunciado en el precio de la gasolina es una reforma tributaria disfrazada.
Acabar con la libertad para supuestamente implantar la igualdad es el proyecto político socialista del Foro de São Paulo —vigente en Cuba, Nicaragua y Venezuela— y es también el proyecto político de Petro Urrego, el que está tratando de implantar en Colombia con increíble celeridad.
En Colombia la resistencia fiscal se intensificará a medida que la gente entienda cada vez mejor que el de Petro Urrego es un gobierno costoso financiado con una tributación ilegítima.
El recaudo de cualquier impuesto es el producto de una base gravable por una tasa impositiva. La noción de que un aumento de tarifa puede reducir el recaudo de un impuesto, o una reducción aumentarlo, es vieja como la economía.