Inmersos en una precampaña electoral derivada de las elecciones anticipadas convocadas a raíz de la disolución de la Asamblea Nacional, ya suenan las promesas de campaña de los candidatos a la Presidencia del Ecuador.
Con el triunfo de Santiago Peña, Paraguay se ha salvado una vez más de unirse a la “marea roja” que azota a la región latinoamericana desde el punto de vista ideológico, y al mismo tiempo conserva la excelente relación que tiene con Taiwán desde 1957.
En la antesala de las elecciones generales de Guatemala 2023 he buscado información de los candidatos en relación con sus propuestas de políticas públicas para enfrentar los problemas del país. He quedado un tanto desconcertado por la ausencia de esbozo general de principios, filosofía política, ideología o visión general sobre las ideas que animarían un plan de acción.
Es notable la ausencia de encuestas actualizadas sobre el proceso electoral en Guatemala a dos meses de las elecciones generales. Zury Ríos y Sandra Torres lideran la intención de voto con cerca de 20% cada una. El misterio es si hay un tercer lugar que consiga cerrar la brecha y superar a una de estas candidatas para entrar a segunda vuelta.
La Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp) de Guatemala, establece que la convocatoria a elecciones generales debe realizarse, a más tardar, la tercera semana de enero del año electoral; falta menos de un mes. Se acerca la gran chamusca chapina.
El TSE notificó a Roberto Arzú y Neto Bran que no podrán participar como candidatos en las elecciones presidenciales de 2023. La ley supone que el TSE sabe mejor cómo, cuánto y dónde se puede publicitar, qué se puede decir y quién lo paga. El remedio puede ser peor que la enfermedad.
En Guatemala el monstruo de mil cabezas se ha reconstituido con vigor renovado. Se alimenta del ejercicio del poder. Se acerca el principio del final de las cabezas principales, fin de período de cuatro años y elecciones, para dar lugar a nuevas que se incorporarán a un cuerpo que parece inmortal e invencible.