Argentina: Los argentinos somos máquinas serviles de impuestos – por Roberto Cachanosky
A 169 años desde que Juan Bautista Alberdi escribiera el Sistema Económico y Rentístico, Argentina sigue siendo un país de complexión fiscal.
A 169 años desde que Juan Bautista Alberdi escribiera el Sistema Económico y Rentístico, Argentina sigue siendo un país de complexión fiscal.
El porcentaje de gente que está en la pobreza en Argentina se estima, en forma sistemática y a nivel nacional, a partir de 2016. Son varios los factores que pueden explicar el aumento de la pobreza, pero claramente los políticos se arrogaron el monopolio de la solidaridad, y para eso “mataron” al sector privado con impuestos para redistribuir el ingreso.
Un bien público se define generalmente como un bien que es no rival y no excluible, lo que significa que no se puede excluir a las personas de su uso y que el consumo por parte de una persona no disminuye la cantidad disponible para otros. Las leyes no son un bien público pues no cumplen ninguna de las dos condiciones.
Una de las más grandes mentiras de nuestros tiempos es que “existen cosas gratis”. El dinero del Estado proviene principalmente del fruto de tu trabajo (vía impuestos). Cada vez que un político quiere regalar cosas, toma tu dinero vía impuestos, compra cosas para alguien más y se queda con todo el crédito.
El dilema en Argentina es claro: o se continúa con este modelo o se admite el cambio total del sistema, cualquier posibilidad intermedia resultaría inoperante. La responsabilidad la tienen los políticos que envenenan la vida de la gente por demagogia y acuerdos electorales.
En Colombia no existe el subsidio a la gasolina. Así, el aumento anunciado en el precio de la gasolina es una reforma tributaria disfrazada.
El recaudo de cualquier impuesto es el producto de una base gravable por una tasa impositiva. La noción de que un aumento de tarifa puede reducir el recaudo de un impuesto, o una reducción aumentarlo, es vieja como la economía.
En Chile Bachelet capturó el Estado con operadores políticos. Por eso aunque la derecha gane una elección, jamás gobierna, porque el Deep State está controlado por operadores que nada tienen que ver con el ethos del funcionario público. Si Boric hace lo mismo, consolida su control, por parte de una izquierda que desprecia la democracia, el crecimiento económico y la igualdad ante la ley.
Ha cobrado más vigencia que la usual el término “reactivar”, como verbo que antecede a la palabra economía. Si torturas los datos con suficiente vigor, confesarán y dirán: ¡si, reactivaré! Este es el tenor de un documento publicado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), titulado Reactivar la economía protegiendo a las personas: Una