Fritz Thomas

Guatemala: El statu quo no da para mucho más – por Fritz Thomas

El año cerrará con inflación de 9,5 a 10%; por más que el Banguat la desestime como un fenómeno global, continuará y creará presiones el próximo año. Algunas de las principales amenazas para Guatemala son la conflictividad social, inseguridad, el crimen organizado y la cooptación de las instituciones. La deuda pública crece, pero no para inversión, sino para alimentar gasto corriente. A Guatemala le queda, a lo sumo, un ciclo electoral más que permita la continuación del modus operandi del aparato de poder, antes de sucumbir a un estado de conflictividad social debilitante o la toma del poder por parte de una versión local del socialismo del siglo XXI. La retórica conflictiva de lucha de clases y “resistencia” ha conseguido que la opinión pública asocie a “la derecha” y el empresariado con la corrupción y la operación del estado extractivo, como si fueran los mismos.

La economía de Guatemala cuenta con evidentes fortalezas; estabilidad macroeconómica, un aparato productivo vigoroso y competitivo, endeudamiento público relativamente manejable, un sistema bancario financiero moderno y sano, una red de telecomunicaciones profunda y accesible, una matriz de energía eléctrica diversificada, con potencial. En términos demográficos, Guatemala tiene la población más joven del continente. El Banco de Guatemala prevé “cierre económico muy positivo”; la economía de Guatemala creció 4% en 2022, las remesas aumentaron 18%, las exportaciones 16%, importaciones 22% y la cuenta corriente de la balanza de pagos cerrará con saldo positivo (1%). El crédito bancario al sector privado creció cerca de 16%, liderado por crecimiento de 25% en crédito al consumo. La lluvia de dólares, remesas por US$18 mil millones este año, cantidad que supera la exportación de bienes y servicios, es indiscutiblemente un poderoso tónico que estimula el consumo y el desempeño de la economía.

Eventos ocurridos en el mundo desde el principio de la década presentan oportunidades para el país. La pandemia, la guerra en Ucrania y la percibida amenaza de una China ideológica y militarmente endurecida, han revelado a Norteamérica y Europa la imperiosa necesidad de asegurar y diversificar su base manufacturera y cadenas de suministro. Guatemala ofrece muchas condiciones para convertirse en un eje productivo, financiero y logístico, el nervio en el centro de América, con acceso a dos mares, estabilidad, población joven y un sector productivo sofisticado. La coyuntura es oportuna.

Las debilidades de Guatemala giran en torno al hecho que las elites políticas y gubernamentales no tienen puesta su atención en las oportunidades; se encuentran distraídas y ocupadas por las mieles extractivas del poder y la transacción de intereses. Los sistemas de educación y salud pública están capturados por intereses clientelares e ideológicos, obedecen a modelos caducos e inapropiados, incapaces de trascender a formas de operar y crecer que potencien las capacidades de la población. La gran estrategia se reduce a dar más presupuesto para seguir haciendo lo mismo; nunca alcanzará. Una gran debilidad es la falta de certeza jurídica y la administración de justicia lenta, formalista e ineficaz. Guatemala carece de la infraestructura vial y portuaria, voluntad y eficiencia para invertir en ella, que le permita capitalizar sus oportunidades. La inversión extranjera real es muy por debajo de su potencial.

La mayor dificultad no estriba en los problemas, sino en la ausencia de compromisos y acuerdos políticos sobre planes y acciones para resolverlos. El statu quo no da para mucho más.

* Dr. Fritz Thomas, Ph.D., es Doctor en Economía por la Universidad Francisco Marroquín (UFM) de Guatemala y profesor de la misma casa de estudios.

El presente artículo fue publicado en Prensa Libre de Guatemala.

 

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