Fritz Thomas

Guatemala: ¿Quién lo lanzó, el Cacif o el vecino? – por Fritz Thomas

El lago de Atitlán ocupa un lugar especial en el corazón de Guatemala, quien lo conoce se enamora y cuando se aparta de él, lo añora.

“¡CACIF basura, vos sos la dictadura!”, gritan los manifestantes mientras lanzan basura al edificio de la Cámara de Industria (CI). Las personas que aparecen en los videos y fotografías en redes sociales son, en su mayoría, mujeres con traje indígena. La basura consiste en una variedad de envases plásticos y aluminio. “Estamos empezando a morir también nosotras, por eso, en nombre de la vida y de nuestra abuela… queremos devolverles lo que es suyo, queremos dejarles aquí la muerte, su muerte”, grita una mujer por el micrófono, para protestar por la contaminación del lago de Atitlán. Un medio de comunicación publica el tweet; “El Colectivo Comunidad Tz’unun Ya realiza la «Procesión de la basura», para visibilizar y denunciar la violencia que destruye el lago #Atitlán”. Ya no es solo la basura, es la violencia la que destruye el lago. Otro texto las llama “defensoras de los recursos naturales contra los proyectos extractivos”.

La manifestación frente a la CI fue un evento cuidadosamente planificado, con sobretonos ideológicos que rebasan la contaminación de Atitlán o el fortalecimiento de la cultura indígena. Aparte de la basura, los manifestantes han puesto cuidado en portar un mínimo de artículos plásticos, sin lograrlo del todo. Los cestos y redes que utilizan para cargar los envases son de materiales orgánicos, pero hasta allí llega. Varios manifestantes utilizan anteojos, mientras gritan por micrófonos, conectados a cables y bocinas amplificadoras. Muchos exhiben y usan teléfono celular para conversar, chatear, filmar y fotografiar, mientras marchan. Todos estos objetos han sido fabricados con copiosas cantidades de ese diabólico material y otros odiosos minerales de la industria extractiva, por esos terribles sujetos llamados industriales. Nada que decir de los buses que los transportaron de San Pedro a la capital, el combustible, o de los radios, televisores, sillas y mesas de plástico que hacen su hogar más cómodo y placentero.

Si bien los canastos utilizados para el video y fotografías de la manifestación son de mimbre o cibaque, quien visite o viva en San Pedro, Santiago, San Pablo, San Lucas, Panajachel o Sololá advertirá rápidamente que los canastos, jarrones, pocillos, baldes y palanganas que usa la gente son de plástico. Las mallas que se dejan caer de los cayucos al agua con la esperanza de capturar pescado son de plástico. Las familias y comunidades querrán agua potable en sus hogares, que llega en tubería de plástico, impulsada por un motor producto de la industria. La bolsa con el detergente con el que “las mujeres en las piedras lavan ropa con jabón” en la canción de Luis Galich, es de plástico. La industria extractiva podrá ser el enemigo; todos duermen y amanecen con ella y no pueden vivir sin su presencia y dones.

Es un tema de responsabilidad, individual y colectiva. Muchos han sido testigos de un envase plástico que sale volando por la ventana de un vehículo. La “culpa” no es del plástico ni de sus fabricantes; es de las personas que no disponen de su basura y deshechos de manera correcta. Es un tema de educación y hábitos, que empieza en el hogar y continúa en la escuela, trabajo y la vida adulta. Los miembros del Cacif no tiraron esos envases al lago; fueron los vecinos. Felicitaciones a los vecinos de Atitlán que se preocupan y organizan para evitar la contaminación del lago de encanto; es lamentable que se dejen usar para promover plataformas ideológicas.

* Dr. Fritz Thomas, Ph.D., es Doctor en Economía por la Universidad Francisco Marroquín (UFM) de Guatemala y profesor de la misma casa de estudios.

El presente artículo fue publicado en Prensa Libre de Guatemala.

 

 

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