Santos Mercado

¿Qué quieren los pobres? – por Santos Mercado *

Los partidos de izquierda presumen que son los portadores de los intereses de los pobres, que luchan a favor de los anhelos de los más necesitados y piden el voto para llegar al poder y de esa manera resolver las demandas de las clases menos favorecidas de la sociedad. Mucha gente se deja engañar por un discurso tan prometedor, les dan el voto y luego llega la desilusión.

Aquí intentaré poner en claro cuales son los verdaderos intereses de la gente pobre.

A) ¿Los pobres anhelan vivir de limosnas? Elijamos un buen grupo de gente pobre para hacer una encuesta y preguntarles si prefieren vivir toda la vida, de una despensa semanal que les regale el gobierno, la iglesia o un empresario populista.

En Cuba, el gobierno distribuía una caja de alimentos a toda la población: Dos libras de arroz, una libra de azúcar, una caja de galletas, un litro de leche solo para familias que tenían hijos pequeños, dos cajetillas de cigarros, aunque nadie fumara. Nunca vi que la gente estuviera contenta. Recibían esa despensa porque no tenían otra opción, no podían comprar a su gusto y placer.

En Suiza se propuso un sistema de “ingreso universal” donde cada habitante recibiría una cantidad de dinero de parte del gobierno, pero fue rechazado. Es posible que un bajo porcentaje de gente esté dispuesta a vivir de limosnas o
subsidios, sea porque padece alguna incapacidad: son ciegos, trastornados mentales o simplemente vagos, pero son muy pocos.

La realidad es que la gente prefiere ganar el sustento “con el sudor de su frente” es decir, trabajando para una empresa, en la construcción, limpiando parabrisas o vendiendo algún producto. Esto es, prefieren ganar dinero dando a cambio su esfuerzo, talento o energía que le sirve a otra persona. Quiere decir que no se justifican los subsidios a los pobres, ni a las madres solteras, ni a los ancianos, ni a los nini’s. Insistir en regalar dinero a los pobres termina por destruir a la sociedad ya que ese dinero se les quita a otros a manera de impuestos. Se les despoja a los trabajadores de las empresas privadas, a los comerciantes, a los consumidores y a los empresarios. Significa un despojo a la propiedad privada y esto siempre termina mal.

Por lo tanto, un verdadero anhelo de la gente pobre es tener un empleo, un buen sueldo y la libertad de gastar su salario en lo que más le guste. Esto no quiere decir que el gobierno deba preocuparse por contratar a los pobres, pues tendría que pagarles con recaudación de impuestos, es decir, despojando a otros. El empleo para los pobres debe ser el que generan las empresas privadas; el mejor sueldo debe lograrse por la libre entrada y competencia de las empresas, y no por decretos del gobierno.

B) ¿Los pobres rechazan la propiedad privada? Cuando el Che Guevara era alto funcionario del gobierno cubano, decretó la abolición de la propiedad privada en toda la isla. Los empresarios perdieron sus fábricas, los agricultores tuvieron que entregar la tierra al gobierno, nadie podía ser dueño de una casa, un automóvil o una gallina. Los cubanos aceptaron esa situación no por gusto sino porque así lo imponía el gobierno revolucionario comunista de Fidel Castro. Puedo asegurar que nadie estaba contento con eso.

La verdad es que la gente y concretamente los pobres quieren ser dueños de la casa que habitan, propietarios de un automóvil, bicicleta, tierras o ganado. Los pobres aman la propiedad privada. Todo intento por abolir, destruir, despojar o impedir que los pobres accedan a la propiedad privada es un acto antinatural y termina por destruir los sueños, anhelos y ganas de ser productivo. Por eso Cuba, Corea del Norte, la URSS y otros se quedaron rezagados, atrasados y en pobreza extrema. La moraleja es simple, jamás se debe atentar contra la propiedad privada y menos impedir que los pobres accedan a ella. Al contrario, buscar que los pobres luchen y se hagan propietarios es la clave para que una nación prospere rápidamente.

C) ¿Los pobres rechazan la idea de convertirse en empresarios? En todas las sociedades donde hay cierto grado de libertad podemos ver cómo gente poco instruida se dedica a las ventas, ponen puestos de tortas, tamales o gelatinas. Eso quiere decir que también a los pobres les gusta emprender. Muchos de ellos vemos que prosperan a buen nivel. Compran automóviles, arreglan o construyen sus casas, mandan a sus hijos a escuelas privadas. Algunos se transforman en excelentes empresarios y son capaces de contratar a decenas o cientos de trabajadores. Esa actividad empresarial de la gente que era pobre transforma a una economía pobre en rica. Por lo tanto, lo que nos debería preocupar es fomentar que los pobres penetren en las actividades empresariales, sea como productores, comerciantes o prestamistas de dinero.

En fin, es genuino interés de los pobres tener mercados libres de trabajo, proteger y promover la propiedad privada y quitar todo obstáculo para la actividad empresarial de los pobres. Si los partidos de izquierda entendieran esto, sería un gran avance.

* Dr. Santos Mercado Reyes Ph.D., es profesor de economía e investigador full-time de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México.

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